EUROPA
PRESS
13 diciembre
2019
Por
qué nos entra el sueño después de comer
Es horrible cuando después de comer, y
suele pasarnos en gran parte de las veces, nos entra una modorra espectacular,
un estado de somnolencia que si no actuamos rápidamente y nos tomamos un café o
un té, somos capaces de echar una cabezadita, o varias, allá donde estemos,
generalmente en el trabajo.
Es un fenómeno que se conoce como ‘somnolencia postprandial’,
según afirma en una entrevista con Infosalus la
doctora Clotilde Vázquez, jefa del Departamento de Endocrinología y Nutrición
de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien aclara que no a todo el mundo le
sucede, y se trata de un hecho que está bastante relacionado con el volumen de
comida que ingiere la persona.
“Entre otros puntos suele estar relacionado con la
ingesta copiosa de comida. Esta sensación o modorra nos entra después de comer
porque con el inicio de la digestión, el diafragma sube un poco, se respira más
superficialmente, y además se acumula un poco de carbónico, lo que nos da esa
somnolencia. En algunas personas es más acusado que en otras”, explica la
especialista.
A este factor habría que añadirle, en su opinión, el aumento
de neurotransmisores que tiene lugar durante la digestión, y que está
relacionado concretamente con comer grasas e hidratos de carbono, que aumentan
por ejemplo la ‘serotonina’, “un ansiolítico natural”
que favorece el sueño, según precisa la endocrino.
De hecho, remarca que a muchas personas con problemas de
sueño se les aconseja tomar algo dulce antes de irse a dormir porque aumenta en
este caso la serotonina y, con ello, una sensación de relajación. “Sería
como el orfidal natural”, bromea la experta.
En concreto, Vázquez indica que ese bajón tiene lugar unos
30 minutos después de comer y en pleno proceso de digestión. “La llegada
a sangre de nutrientes que suben la serotonina disminuye también la circulación
cerebral al aparato digestivo. Entonces se nos quedan en bajo riego zonas que
no se necesitan en ese momento. Es por eso por lo que igualmente nos va
entrando esa sensación de apagamiento neuronal que la caracteriza, junto con la
falsa sensación de falta de oxígeno propia de ese sopor”, indica la
especialista.
Si a esto se le añade que la persona se encuentra en un
entorno cálido o de cero estrés, y que a lo lejos
escucha el ronroneo de la televisión, se favorece aún más el adormecimiento.
La flojera tras
comer algo dulce
Eso sí, la jefa del Departamento de Endocrinología y
Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid distingue este sopor que surge
después de comer, generalmente una comida copiosa, de la sensación de cansancio
o flojera que puede surgir en algunas personas y que tiene relación con la
insulina.
“Ésta es más tardía. Suele suceder en algunas personas
que desayunan por ejemplo a media mañana algo azucarado y tienen un pico de
secreción de insulina muy rápido por lo que después tiene lugar una bajada de
glucosa, y ésta produce una sensación de apagamiento neuronal, una pájara o
flojera. Hay personas que dicen que tienen que volver a comer por la flojera
que les entra”, remarca la doctora Vázquez.
Alimentos que dan
más sueño y cómo evitar ese sopor
En este punto, la experta en Nutrición subraya también que
en general la ingesta copiosa de alimentos es la responsable de esa sensación
de somnolencia, aunque si queremos apuntar a una serie de alimentos en concreto
que nos produzcan más sueño, señala directamente a las grasas, ya que precisan
de un mayor trabajo digestivo, así como los hidratos de carbono. “Uno se toma
una proteína aislada, un marisco, o un trozo de jamón, y no le da esa
somnolencia, pero si ya te comes un foie con mermelada o un bollo, la cosa
cambia”, avisa la experta.
Sobre cómo evitar ese sopor después de comer, la doctora
Vázquez reconoce que la única manera de hacerlo es evitando realmente las
comidas copiosas. De hecho, destaca que siempre hay que quedarse con un poquito
de sensación de hambre después de comer, y no hay que comer nunca hasta
sentirse lleno.
El beber agua o tomar estimulantes como café o té son otras
de las vías para aliviar la modorra de después de comer. No obstante, Vázquez
llama la atención sobre los estudios científicos que certifican que una pequeña
siesta de 20 minutos después de la comida puede ser beneficiosa para nuestro estado
de salud. ¡Quién tuviera la suerte de poder echarse la siesta todos los días!